Al final del post encontraréis un descargable recopilatorio para aquellos que queráis tener esta documentación más a mano.
- Quesos semicurados
Queso con
una maduración de 3 a 6 meses de curación. Los quesos con una media maduración
serán maridados con:

Vinos
tintos. Tintos jóvenes y tintos
elaborados por el proceso de maceración carbónica y en este caso podremos
incluir vinos tintos con una crianza
corta de seis meses: los denominados Tintos
Robles. Recordemos las crianzas de los vinos españoles donde aparece una
crianza intermedia de 6 meses a 9 meses en roble que recibe el nombre de Roble.
En éstos destacaremos los elaborados por estos métodos de las Denominaciones de
Origen de Rioja, Ribera del Duero, La Mancha, Bierzo, Monsant, Jumilla y
Alicante.
También
incluiremos los vinos de corta crianza
de Andalucía en la Serranía de Ronda (Málaga), la Sierra Norte de Granada, en
la provincia de Almería y Sierra Norte de Sevilla y Córdoba.
Vinos rosados jóvenes y frescos en especial
los de Navarra, Cataluña, Ribera del Duero y especialmente los elaborados en la
provincia de Zaragoza en las Denominaciones de Origen de Campo de Borja y
Cariñena.
En caso de
preferir algún espumosos optaríamos
por aquellos que hayan tenido un poco de
crianza que les aporte más estructura.
Con este
tipo de quesos también podemos incluir otro tipo de vinos como son las malvasías dulces de Sitges (Cataluña) y
de Islas Canarias, como moscateles
jóvenes de Málaga y Alicante.
·
Quesos curados y quesos con una curación superior a 6 meses
En este
tipo de quesos los vinos que escogeremos serán vinos con una mayor estructura, ya que los quesos con este tiempo
de curación han ganado y evolucionado en sus aromas y sabores con una gama de
aromas más profunda y sabores más fuertes por la mayor degradación de las
levaduras y por las fermentaciones de la flora láctica.
Los vinos
que pueden ser ideales para estos quesos serán:
Vinos
Blancos. En este caso seleccionaremos blancos
que hayan tenido fermentación y crianza en barricas de roble, ya que aunque
parezca inapropiado combinarán bien con estos quesos.
Este tipo
de queso con su potencia gustativa (gran estructura, sensaciones picantes,
consistente masa, etc.) provocará sensaciones secantes en nuestra boca por lo
que estos vinos blancos estructurados,
con cuerpo, grasos y persistentes, pero con una buena acidez nos ayudarán a
refrescar y limpiar nuestro paladar de esa sequedad haciendo más agradable la
degustación de estos dos productos juntos. Vemos una vez más que el maridaje
puede darse por contraposición de dos productos, quedando igualmente en ciertos
casos como este en una buena armonía.
Vinos
tintos. En esta ocasión los tintos que elegiremos serán tintos con una buena crianza en roble como son los Reservas y
Grandes Reservas que con su mayor
periodo de crianza equilibran y armonizan mejor con estos quesos más potentes y
consistentes.
En este
apartado tenemos todas las zonas que elaboran sus tintos con estos periodos
largos de crianza en roble (Reserva y Gran Reserva) más conocidas como son
Rioja, Ribera del Duero, Mancha, Navarra, Penedés, etc., pero vamos a destacar
algunas zonas diferentes cono son los vinos de Toro en Zamora, del Priorato y
Monsant en Cataluña, los de Jumilla en Murcia, los de Alicante, Cariñena y
Campo de Borja en Zaragoza, Badajoz en Extremadura, Serranía de Ronda, Sierra
Norte de Granada, Almería y Sierra Norte de Sevilla y Córdoba en Andalucía,
Bierzo en León y alguna más que seguro se nos escapa.
Vinos
rosados. Si fuera nuestra elección un vino rosado seleccionaríamos un rosado fermentado en barrica que nos
aporta mayor estructura. Este tipo de rosados se elaboran cada vez más en
España consiguiendo vinos de mayor longevidad y gran calidad.
Actualmente
no son muchas las bodegas que se inclinan por este tipo de elaboraciones de
rosados, pero podemos destacar algunos en la Ribera del Duero en Cataluña, en
La Mancha y en Serranía de Ronda Málaga.
También
destacar algunos rosados elaborados con
un mayor tiempo de maceración con los hollejos que les aportan una mayor
estructura y capa color pareciendo vinos tintos jóvenes (nada más lejos de
la realidad) y que resultarían apropiados para estos quesos. Aunque este tipos
de vinos son elaborados por muy pocos bodegueros.
Si nuestra
opción es un espumoso seleccionaremos cavas
con mucha crianza y estructura como son los Grandes Reservas y si en su
coupage predomina las variedades xarello
o chardonnay (esta última foránea pero incorporada a nuestros cavas) mejor,
ya que son dos variedades que aportan
mayor estructura y acidez a sus vinos.
Otro
maridaje ideal con estos quesos son los vinos
de crianza oxidativa de Andalucía como son los olorosos secos (Jerez y Montilla y Moriles), trasañejos en Málaga, vinos rancios de Cataluña y nuestro fondillón de Alicante, vinos
que nos sorprenderán con quesos con mucha curación.
El maridaje que podemos hacer en función del
queso a degustar, como podemos observar, no se limita a un solo tipo de vino,
sino que disponemos de más posibilidades. Tenemos que tener muy presente en
nuestra elección los parámetros que hemos estudiado y realizar la búsqueda
del equilibrio gustativo entre el queso y el vino. Maridar es armonizar un
alimento (queso) con una bebida (vino).
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